Respecto a quién soy lo dejo en manos de vuestra imaginación y capacidad para configurar una imagen de mi persona. No obstante, no os debería importar quién soy, si no para qué estoy aquí… una pregunta más acertada y sencilla de responder por mí parte.
Vengo con la intención de compartir con vosotros mis experiencias, fantasías y deseos más perversos. Pues seguramente no seré la única que los tiene y que hasta la presente introducción he mantenido sólo en mi círculo más íntimo, y en particular con quiénes he fantaseado y hecho realidad cada uno de mis caprichos.
Mi objetivo es explicar cómo se complace a Mistress Edging, o como podréis entender mejor a una Ama. En efecto, mi esencia es la dominación, el control y la entrega al placer, pero sin duda, será bajo mis órdenes y anhelos más profundos.
No tendréis más opción que confiar en mí para guiaros, con ayuda de mis palabras, al éxtasis y la liberación de vuestro placer, derrumbando los límites establecidos para alcanzar juntos, un nuevo nivel de satisfacción y disfrute.
No tengáis miedo de dejaros llevar, miedo del despertar de esas pasiones que tanto os empeñáis en esconder… Aquí os ordeno dejar los tabúes fuera de mis dominios y me entreguéis el control durante el tiempo que duren mis palabras.
Sé que mi querida y leal amiga Dómina Ene os ha estado instruyendo desde la parte más filosófica y segura del mundo BDSM, por lo que os puedo asegurar que estáis en muy buenas manos. Siempre es un placer compartir eternas horas de debate sobre este tema. Gracias a ella he podido crecer con cada palabra que hemos intercambiado y me ha traído hasta éste punto.
Y siguiendo su consejo cuando le comenté que me gustaría compartir éste espacio, os haré una breve explicación del significado que sustenta mi nombre.
“Mistress” se traduce generalmente como amante o señora; y “Edging” (aunque sea muy graciosa la traducción de Google Translate) en mi caso, hace referencia a una de las técnicas que más deleite me reportan. Se trata de la habilidad para provocar orgasmos más intensos y duraderos al retener el segundo antes del clímax de mi sumisa y extenderlo durante el tiempo que yo decida pudiendo disfrutar de cómo pierde el control de todo su ser por llegar a la culminación.
La locura y el descontrol que desprende… la desesperación y la súplica para que le permita llegar al ansiado orgasmo, tan liberador, sin capacidad de razonar. Convirtiéndolo en pura experiencia y vibración física y mental. Y por supuesto, el mío propio al ser espectadora a la vez que origen y final de tan grandioso momento.
Os invito a que lo investiguéis y lo descubráis en vuestras vidas. Soy consciente que, por mucho que lo describa, es algo que solo puede comprenderse al vivirlo.
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